Ciencia y Arte del Virtuosismo Cultural y Mental: Día de Trabajo Intenso...

miércoles, 9 de junio de 2010

Día de Trabajo Intenso...




Estaba a punto de escribir sobre mi gran héroe, Beethoven...  De hecho tengo un borrador desde hace un par de días, pero la intensidad de este día de trabajo me robó el aliento y declinó un poco mi inspiración.  Casi músico, compositor amateur y melómano casi de profesión, tal vez se pregunten ¿por qué mi admiración tan grande por el oriundo de Bonn?  Espero que sí, porque de esa manera también leerán los escritos que haga sobre él.  Pero por el momento, regreso al tema que me cercenó la inspiración, mi día a día.
Tengo una profesión como cualquier otra, pero una carrera (que no es lo mismo) un poco mutable.  Soy Ingeniero de Sistemas, especializado en Sistemas de Información.  Lo que significa, pese a lo que muchos de mis amigos, familia y conocidos piensan, que me dedico a analizar sistemas, especialmente los que manejan información, y no solo soy alguien que “sabe de computadoras”, mucho menos especializado en repararlas…  Ufff!!!  Eso lo hacen los de Soporte Técnico, los especialistas en Computación: Hardware, ya sea computadoras per sé, o equipos de comunicación y redes.
En definitiva, y para no extenderme en esta introducción que igualmente les parecerá poco esclarecedora, me ocupo de resolver los problemas de un negocio, a través de una solución informática basada en un sistema automatizado que procese información…  ¡Listo!  Esto, en la mayoría de los casos, implica el uso de computadoras y afines (hoy día un sistema informático sencillo puede ejecutarse en un SmartPhone: iPhone, BlackBerry, etc., que al final, en principio, son computadoras), pero lo importante es que no necesariamente tengo que usar una para realizar mi trabajo.  Mi trabajo se basa, principalmente, en el análisis de la información y cómo fluye a través de todo un sistema.  Desde que es capturada por algún medio (teclado, mouse, video, toque de una pantalla), cómo se transforma a través de ciertos procesos (cálculos matemáticos, algoritmos), hasta que es presentada en algún medio de salida (pantalla, reporte impreso, browser, bocina). 
Mi herramienta principal, finalmente, es el Diagrama de Flujo de Datos, o Flujograma, que hoy muy pocos Ingenieros de Sistemas usan, irónico.
Retornando al tema de mi diario bregar, a mi carrera y profesión, la primera se ha diversificado.  Ya no soy solo un Analista de Sistemas, ahora le di un nuevo rumbo, y tengo una segunda profesión: Especialista de Seguridad Informática.  ¿Hay alguna diferencia entre ellas?  En principio, no.  Sigo analizando sistemas, pero ahora desde el punto de vista de ¿qué tan seguros son?  En realidad, analizo ¿qué tan vulnerables son?, que es totalmente lo opuesto, pero un complemento más realista.
Es más agotador, es más dinámico, es más susceptible a estar desactualizado, es más investigativo, es como el trabajo de Sherlock Holmes combinado con el de un periodista, y enmarcado en la retórica de un abogado, ja ja.  Por eso lo elegí.  Ya me estaba aburriendo un poco del clásico trabajo de escritorio, con unas cuantas visitas rutinarias a las oficinas de los usuarios, y la presentación de los resultados a mis jefes.  Las sillas (ejecutivas o no) de las oficinas me producen cierta irritación en el trasero y la espalda.  Mi espíritu necesita movimientos, cambio, retos más enérgicos, menos burocracia, menos parloteo a veces improductivo.  Sistemas dinámicos que requieran de un análisis también dinámico, que implique mi movilidad física, eso es ahora lo mío.  Y que conste que estaba a punto de estudiar una Maestría en Auditoría de Sistemas, lo que hubiera implicado sepultarme entre millones de hojas de papel, aferrarme a una silla por semanas, y ver la pantalla de un computador (¡epa!, compañero a veces insoportable) durante períodos interminables de cansancio a merced de millones de tazas de café, que adoro, pero que perfora mi estómago bastante sensible…
Sin embargo, esa incipiente movilidad tiene sus consecuencias, y una es el cansancio extremo, mismo que apartó por un momento mi inspiración para escribir sobre Beethoven.  Pero tiene sus recompensas intangibles: tratar a decenas (con tendencia a centenas) de directores de tecnología, o sus Vice-Presidentes, Gerentes, Jefes, oficiales, etc.  Y lo que es mejor, conocer de manera fluida y actualizada, cómo está la situación real de la tecnología en Panamá y Latinoamérica…  No tiene precio, todo lo demás, que lo pague mi tarjeta de crédito, o la de mi jefe en el mejor de los casos.
¡Y qué decir de los muchos especialistas que crean las tecnologías que son implementadas por nuestros clientes!  Los proveedores, de todas partes del globo: norteamericanos, ingleses, israelíes, latinoamericanos, centro-europeos, etc.  Un universo de conocimiento concentrado y enfocado en la resolución de los problemas de seguridad informática, uffff!!!  Como dice mi jefe: “tanto conocimiento y oratoria, me tienen destruido cerebralmente al final de la tarde, Jose Luis…  Me tengo que comer un postre”.  Yo me recupero, en lo particular, con una buena taza de café (aló estómago), un dulce de chocolate o fresas, y escuchar la voz de mi ¾ de naranjita, y por supuesto, elevar la vista al cielo, ver el ocaso o el cielo estrellado (dependiendo de la hora en la que haya terminado mi día) y recordar que Jehová seguirá manteniendo mis neuronas sanas para seguir acumulando conocimiento, y para obtener ingresos por la aplicación de los mismos y cuidar de mí, de mi amor y en cierto modo, de mi familia y seres queridos.
¡Vaya que fue un día de trabajo intenso!

2 comentarios:

  1. Para relajarse, sirve también hacer ejercicio y escuchar la música que a uno le gusta, como a tí por ejemplo a Bethoven.

    Saludos y ánimo!

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  2. Mmm... Creo que ese ciclo diario nos da vueltas y vueltas minutos, horas, días, semanas, meses, hasta que al cumplirse el año nos hacemos uso del privilegio de las merecidas vacaciones.
    Ese ciclo donde no faltará, como tu mencionas, quien confunda la idea de aquello a lo que realmente nos dedicamos con amor y lo que superficialmente es más fácil de decir para describirlo.
    Yo por ejemplo soy diseñador gráfico (preferiría decir comunicador gráfico). Pero muchos nos describían como “los que dibujamos”, o para hacer un “upgrade” a la actualidad digital de los ordenadores y softwares de diseño, “los que usan Photoshop”.

    Aunque pueda hacer una sonrisita (sarcástica) en mi mente por una descripción tan pero tan superficial, resulta un tanto desesperante que algunos reduzcan nuestras labores.
    Y fue por fin, en las clases de Creatividad y Soluciones en Situaciones de Diseño (dos materias de maestría para poder finalizar la carrera) donde pude confirmar el por qué nuestro trabajo se convierte, para algunos, en “tracitos”, sean en papel o en un ordenador.

    Mi trabajo está orientado a la publicidad. Pero puede aplicarse en miles de situaciones donde sea necesario comunicar con gráficas. Recordemos que gráficas incluye la fotografía, el dibujo artesanal o digital, creatividad, la diagramación... etc. Y cada una de estas requiere un proceso que requiere investigar. Sí, investigar hábitos o costumbres de un público meta, su nivel cultural... y otro etc. en la mayoría de los casos el trabajo se reparte entre creativos conceptuales, creativos gráficos, marketing, gerentes, vendedores, editores, productores... sí y otro etc.
    Todo un equipo de trabajo y cada uno lleva un nivel de responsabilidad.
    Que de dónde radica el porqué de la percepción de terceros? Pues simple: De la idea del “ya pa’ ya”. Como la publicidad es un mundo acelerado, entoces surge la idea equivocada de las famosas “emergencias”. Al ser así, entonces los procesos creativos muchas veces son afectados en cierta forma sacrificando dichos procesos para ganar “rapidez” y “entrega rápida” porque “el cliente lo quiere así”.
    De hecho, me he encontrado con clientes que al final pretenden ser los diseñadores y nuestras manos la extensión de sus ideas al ordenador. Ellos creen saber la solución al prblema! Entonces no necesitan un DISEÑADOR. Necesitan de alguien que sólo sapa manejar un software de diseño gráfico.
    Escuché muchas conclusiones similares de otros compañeros de clase que ejercen la carrera mientras culminaban sus estudios.

    Entonces podría pensarse que ya no somos diseñadores, porque el proceso creativo se pierde en los mágicos caminos sin dirección de “Diseño en el País de los Apuros”. O en el peor de los caprichos no sustentables de un cliente.

    Claro que, esto dependerá de la empresa y del cliente, pues no se puede generalizar. Hay pocas excepciones.

    Pero igual, me causa risa cuando preguntan qué hacemos los diseñadores gráficos (aparte de los dibujitos). Porque la respuesta está en casi todas partes! Donde quiera que miremos está el trabajo de un diseñador gráfico, o de un equipo de trabajo. La comunicación gráfica habla por todas partes. Justo por eso, siempre he pensado como muchos colegas, que en la Universidad de Panamá, la carrera de Diseño Gráfico no debe estar en la facultad de Arquitectura (pese a que la arquitectura es otra forma de comunicación), si no en la facultad de Comunicación Social.

    Rafa

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