Ciencia y Arte del Virtuosismo Cultural y Mental: junio 2010

lunes, 28 de junio de 2010

Llegaste con las lluvias de Noviembre...

Y la rutina se marchó de mi vida.
Y mi vida se llenó de emoción.
Y mi emoción se tornó costumbre.
Y la costumbre me colmó de ilusión.
Y la ilusión se materializó otra vez en rutina.
Y cuánto amo esta rutina, corazón.

Porque eres fe y eres duda.
Porque eres calma y también conmoción.
Porque eres aurora y a veces ocaso.
Porque eres locura y también la razón.
Porque eres montaña y a veces llanura.
Porque eres ternura e incipiente pasión.

Llegaste a mi vida con las lluvias de Noviembre, una madrugada gris y sombría, cuando mi vida giraba en un círculo eterno de monotonía y negación.  Nos conocimos antes del principio del día, cuando la noche perdía su nombre, y el país entero se prestaba a celebrar su independencia cual ironía, pues yo pronto comprometería la mía.  En un compromiso que llegó cual ráfaga pues temía perderte, y a veces pienso que apresuré un poco las cosas.  Pero finalmente recuerdo cómo las sendas de nuestras vidas se cruzaron, y vuelvo a entender que tu destino y el mío estaban unidos desde antes de nacer:

Y te llevo más de una década de expectativas.
Y te llevo más de dos lustros de bregar.
Y te llevo más de una décima de siglo de vida.
Y te llevo solo un minuto de soñar.

Porque naciste justo cuando era requerido, cuando yo mi criterio ya comenzaba a formar.  Tu cuerpo crecía mientras mi mente ya estaba desarrollada, tu ímpetu se forjaba mientras mis ideas ya eran puestas a prueba.  Y tu complexión se definía cuando ya mi razón se había enfilado por un camino definido, y tu inocencia aun se mantenía intacta mientras mis deseos ya habían probado el placer terrenal.  Pero todo era necesario, cada ciclo de la vida, cada huella dejada por la llegada de la primavera y la marcha del invierno, cada estigma en la piel, cada herida emocional, cada concepto incubado en la mente, cada evolución corporal…  Eran imperativos para hacerte como eres, y para formarme a mí tal cual soy: Tú perfecto para mí, y yo preciso para ti:

Como el anverso y el reverso de una moneda.
Como las dos mitades de un melocotón.
Como el fuego congelante y el hielo de la hoguera.
Como sístole y diástole en un solo corazón.

Es casi imposible explicar la ambigüedad de sentimientos que mi corazón profesa hacia ti.  A veces temo lastimar tu inocencia, pero luego encuentro que conoces ardides que para mí son ajenas.  A veces quisiera romper con toda mi pasión tu cuerpo, y al minuto siguiente te quiero acurrucar entre mis brazos y protegerte de todo este mundo complejo en el que vivimos.  A veces sueño que soy tu dueño eternamente, y en contadas ocasiones un presagio me hace ver nuestros destinos separarse como los vientos partieron de la casa de Eolo a recorrer toda la tierra.
Pero no cabe duda de nuestro amor.  Los enigmas de la pasión son solo un símbolo supremo de la veracidad de nuestros sentimientos, porque la naturaleza de la pasión es ser voluble, impetuosa, indómita, inexplicable, es su espíritu, es su carácter, es su calidad.  Y es nuestra tarea, que he tomado como mi cruzada, encaminar esa pasión por la senda del cariño, para materializar sus destellos y suavizar sus embestidas y transformarlos dentro del seno de nuestro hogar en un amor duradero.
Y dirás: ¿pero si aun no tenemos un hogar?  Tal vez materialmente sea cierto, pero mi hogar es tu corazón y tu casa es el mío…  Nuestro hogar es la Tierra y el Universo, donde sea que caminemos, llevamos a cuestas nuestra morada, como los caracolitos construyen su vivienda en las mismas variables arenas de la playa bañadas sin tregua por el incesante e impetuoso mar.

Cruzaste mi destino bajo las lluvias de Noviembre, y hoy solo deseo que las vivencias de este mundo ambivalente, que las experiencias de esta vida terrenal no aparten nuestros caminos, ni sequen el rocío de nuestro amor como el sol evapora las aguas de los mares.  Quiero vivir mil noviembres junto a ti, y recordar cada año esa carita ingenua, algo enjugada con las gotas de lluvia que bendijeron nuestro encuentro, rememorar ese instante cuando cruzaste el umbral de mi casa y llenaste de luz los rincones oscuros de mi corazón que ya había sido condenado por mi mente a no latir por otro ser humano nunca más.  Cambiaste mi destino, y sé que yo hice girar el tuyo.  Somos uno solo ahora, nuestros caminos se ajustaron para dirigirse en la misma dirección,  nuestras almas se fundieron para conocer una sola verdad: ¡el amor!
Mi ¾ de Naranjita, eres todo lo que anhelaba y mucho más.  Eres la exacta materialización de mis sueños y aun le pusiste adornos a la creación final.  Eres la idealización de mi cotidianeidad, y la realización de mis ilusiones.  Te amo, nuestro amor es la única verdad absoluta en nuestros universos concéntricos.

Júbilo ante la reivindicación de España: ¡Ya estamos en 8vos de Final!

Tal vez un poco tarde, dos días después para ser exacto, de la victoria de España sobre Chile, se me antoja escribir…  Bueno, en realidad más se debe a que me enfermé de los riñones, y los deseos de escribir se ven frenados por el tantito de dolor que me acongoja. 
De cualquier forma, entraré en materia.  En esta ocasión no intentaré analizar el juego, ni la alineación, ni las malas decisiones arbitrales, ni la mala maña con la que los chilenos se alzaron en contra de los españoles tratando de destrozar sus pantorrillas ya que no lograban destrozar su empeño, talento y su decisión, porque eso fue lo que demostró la Furia Roja.  Simplemente, hablaré de esta pasión que me embargaba a medida que transcurría el juego, y no es que España desconozca la sensación de los octavos o cuartos de final.  Ya logró un cuarto lugar en 1950, y en 1934, 1986, 1994 y 2002 logró entrar a los cuartos, y en 1990 y 2006 llegó a octavos, al igual que este 2010.  Humm, vuelvo a las cifras frías y me alejo de la pasión prometida.  Ante los desesperantes resultados de la fase clasificatoria, estar en octavos de final me renueva la esperanza en la Furia Roja.  Furia, cual sinónimo de violencia, pero en todo caso también de temor…  El temor que se apodera de sus adversarios al verlos jugar en sincronía y que los hace buscar formas de desarmarlos ante su inferioridad en cuanto a talento.  Rojo, la real marca de la pasión, esa pasión que nos hace olvidar nuestras debilidades y nos empuja a actuar, al ataque, a seguir adelante pese a los obstáculos, pese a las derrotas previas, a continuar para alcanzar la meta, el triunfo, la victoria.
Minuto a minuto, el partido transcurría, y mi espíritu se apuraba por presenciar la consecución de los goles.  Y cada vez que cayó la portería chilena ante la Furia Roja mi imaginación volaba y me hacía flotar sobre Pretoria, en Sudáfrica.  Me hacía celebrar cada uno de esos dos goles como si fuera Villa mismo, y sufrir cuando el acercamiento a la meta no se materializaba en una nueva anotación.  Y un poco de desesperación ante la anotación de los contrarios…  Pero fue esa misma pasión enrojecida por la furia la que me hizo perseverar, esperar con ansias la llegada del final.  ¡Y vaya final!  Una final que fue la reivindicación de España, el retorno al favoritismo, el resurgir de la furia, el renacimiento de la pasión por conquistar esta Copa Mundial por vez primera y llevar a España a la gloria.
Pero será un camino duro antes de llegar a cuartos de final.  El rival no es sencillo, y han habido encuentros históricos entre las dos selecciones.  Son vecinos, comparten la península ibérica.  Íberos y Lusitanos se enfrentarán por definir quién será el mejor, será un encuentro titánico, una lucha de gigantes del fútbol, de equipos de tradición.
Tocará esperar nuevamente, hasta ese martes sangriento.  Ninguno de los dos equipos se permitirá el lujo de perder, ninguno de los dos equipos desistirá de su lucha por alzar la Copa.  Ambos tienen posibilidades, pero España posee el talento, jugador por jugador, para coronarse como equipo campeón, y sé que lo demostrarán, porque tenemos garra, tenemos furia, y tenemos ¡pasión!

martes, 22 de junio de 2010

Reflexiones sobre una Victoria casi desesperada: Segundo partido de la Furia Roja en la Copa Mundial FIFA Sudáfrica 2010.

Trasnochado, casi empapado (suerte de haber llevado el paraguas), algo estresado del trabajo…  Las dos únicas bendiciones que salvaron este día de inicio de semana (sí, estoy escribiendo mis memorias de ayer, grrrr) fueron el capuccino que me tomé en Niko’s Café (publicidad gratis) y la victoria de España ante Honduras…  Y esta última fue casi un triunfo agónico y desesperado.  Un partido interesantísimo, pero casi similar a ver a una tormenta acercarse a la costa, y por obstinación del destino, no llega a sacudir la ribera.

Una España mucho más sincronizada, que atacó incesantemente ante una Honduras que se mostraba confundida, y apenas con algunas oportunidades, aunque notables, de acercarse al marco de Casillas.  Pero irónico, un duelo que debió, teóricamente definirse a favor de la Furia Roja por un marcador abrumador (si comparamos los costos de cada plantilla) y que sin embargo, no logró consolidar su superioridad.  Una Honduras que la mayor parte arremetía contra los jugadores con la intención oculta muchas veces, y evidente unas cuantas, de lesionar a sus jugadores oponentes.  Una España que mantuvo la calma pese a todo, y que no dio lugar a un bochornoso espectáculo como el de Brazil vs. Costa de Marfil.  Viva por los hispanos, un buuuu para nuestros vecinos hondureños, pero, el buuu no me reconforta.  Ansiaba un cinco a cero (5 – 0) para poder clasificar sin preocupaciones luego de la caída ante Suiza.  Aun más a sabiendas que Chile ha dado la verdadera cara por el Grupo H, lo que esperaba yo y millones de fanáticos que hiciera nuestra Furia Roja…

Una Victoria con sabor amargo, como la Gran Guerra de Troya, este triunfo nos costó valiosos guerreros, y un honor abatido, agónica y anacrónica Gloria recibida tras un esfuerzo titánico por derribar una muralla más alta e invencible que la de la mítica Ilión, la portería hondureña, que se mostraba esquiva como por arte y maña de alguna especie de encantamiento oscuro y antiguo o como por un vetusto designio de las Parcas, de cuyos dictámenes no escapaban ni los dioses.  Tal fue la suerte de nuestra Furia Roja, un marcador que adoleció de Gloria, y que aun no nos da la tranquilidad del pase a octavos.
¡Oh día privado de magnificencia!  ¡Oh noche lluviosa y lúgubre que le arrebatas el aliento a mi espíritu! ¡Oh marcador tibio, apático e indiferente!  ¡Oh Iberia sumergida en tus rumores clandestinos! Tal cual dicen nuestros Héroes del Silencio, silencio que ensordecía mi mente mientras trataba de buscar la manera más apropiada de describir lo que pienso de este partido.  Y no me malinterpreten, estoy eufórico con la victoria, desesperadamente necesaria, pero me quedo con las ganas de ver esa grandeza de España que tanto nos merecemos, tanto ella como yo, y el resto de los fanáticos de la Furia Roja.

Vamos España, aun existe la oportunidad de cumplir con ese sueño histórico que nos motiva, de lograr ese objetivo común que nos une, de procurar escribir en los anales del fútbol esas palabras mágicas que coronan como laureles a un grupo selecto al que mereces pertenecer, por mérito, por tradición, por garra, por talento, por ingenio, por dedicación, por honor: ¡Campeones!

miércoles, 16 de junio de 2010

Reflexiones sobre una Conquista aun no lograda: Partido inaugural de España en Sudáfrica

¡Héme aquí!

Casi sin inspiración, con las palabras esquivándome, de la misma manera que esquivo el triunfo a la selección Española en la Copa Mundial Sudáfrica 2010 en su primer partido en dicho evento futbolístico...
Era de esperarse, ¡por supuesto que no!  Era merecido ese marcador final, pues eso queda entre los grandes enigmas que se ciernen sobre las mentes pensantes, y aun más sobre la hinchada un tanto decepcionada de este equipo español, considerado por muchos como el Equipo Soñado.
Y es que se trata de un seleccionado de primera, un sueño de equipo:
En la meta: Iker Casillas, el Ice Man, con varios mundiales en su haber, y con cientos de triunfos (súmenle una Eurocopa 2008) en el real Madrid.
En la defensa: Puyol y Pique del Barcelona, Ramos y Albiol del Real Madrid, Capdevila, Villarrealista.
Mediocampistas: Busquets, Iniesta y Xavi del Barcelona, Xabi del Real Madrid, Cesc del Ársenal y qué decir de Navas del Sevilla.
Delanteros (de lujo): los David (Silva y Villa) del Valencia y el Niño Torres del Liverpool...
Una plantilla millonaria, casi todos los partidos de clasificación ganados, venida de un triunfo en la Eurocopa 2008 (aunque con la plantilla modificada) que preludiaba un arrasador triunfo en la fase inicial, y...  ¡Nada!  Es el primer favorito a la Copa Mundial 2010 que sufre tal revés.  Ni siquiera fue el perder el juego, además no haber anotado un solo gol, y ahora se encuentra en la misma situación que Honduras en su Grupo H, que sin demeritarlos al equipo Centroamericano, puesto que dieron la talla ante un Chile con mayor experiencia mundialística y futbolística, pues no hay comparación en cuanto a costo por jugador.
Entonces, ¿qué hizo fracasar a la Furia Roja en un partido que debió ser relativamente fácil de ganar?
Pues creo que lo de siempre, el exceso de confianza y ese toque de soberbia que siempre logra derribar hasta a los más grandes (pregúntenle a Brazil en el Francia 1998).  Una defensa férrea de los suizos en el primer tiempo, pese a que España tuvo la posesión del balón en casi toda esa primera mitad.  Pero lanzaban desde fuera del área de meta...  Sentía que le tenían algo de miedo a la portería.  Tenían un estilo de juego coordinado, pero los remates a gol eran casi ingenuos, sin la Furia que les da nombre...  Fue un primer tiempo agónico, pero no tan humillante como el segundo, puesto que pese a que siguieron con la posesión del balón, la defensa se aflojó notablemente, y por consecuencia, Suiza pudo hacerse con el balón momentáneamente desde la media cancha, armar una jugada casi como una ráfaga, y poner en el horizonte una sola idea: llegar a la meta.  Y así lo hizo, los jugadores se convirtieron en uno solo, y a pesar de la posible jugada fuera de lugar, luego de que el balón fuera rechazado por Casillas y fuera a parar al cuerpo (literalmente debajo del cuerpo) de Piqué, la ofensiva fue imparable y ya no había nada que hacer.

Un 1 a 0 histórico, España, con su equipo de ensueño es derrotada por una más humilde Suiza, que ve coronados sus esfuerzos y su disciplina, al no doblegarse ante un gigante épico, al que le faltó épica en su partido de arranque.

Pero nada se gana con mirar al pasado, aun reciente, si no se aprende nada del mismo.  España está ahora ante dos partidos próximos, ante dos selecciones que no tienen un record mundialístico tan impresionante como el de la Furia Roja, pero por lo mismo no se debe confiar otra vez en el liderazgo y el gigantismo y la supremacía de la plantilla millonaria que posee.  Ahora se debe analizar cada jugada, se debe inyectar esa pasión que caracteriza a la Furia Roja, ese juego tan precioso que se mostró en la Eurocopa 2008, y contar con el jugador número 12, nosotros, su hinchada, compuesta por millones y millones de fanáticos que la apoyamos pese a los contratiempos, porque no hay mayor triunfo que el levantarse después de una derrota en batalla, y saber con dignidad cómo ganar una guerra, aunque esto no lo sea, puesto que el fútbol, excepto por el episodio del Mundial fascistas de 1934 en Italia y 1938 en Francia, y la consecuente suspensión de los siguientes por la Segunda Guerra Mundial, es un deporte que une a multitudes, a las naciones en una sola congregación, la de la fraternidad y la pasión por el deporte y el arte, porque al jugar al fútbol a veces se ve cómo se conjugan arte y condición física, inspiración y talento, maña y ciencia, para producir 90 minutos de pasión desenfrenada y de sueños capaces de cumplirse, como el que cumplirá España en este Sudáfrica 2010, el de levantar la Copa y gritar, "somos la Furia Roja", ¡Viva España!

viernes, 11 de junio de 2010

Primera Patada en el Continente Negro

Tengo escasos minutos...  Reunión de trabajo a las 10:00am.  El cliente es irónicamente la televisora más importante del país, y digo irónicamente porque es posible (casi seguro) que no haya una pantalla gigante en la sala de reuniones para ver el partido, uffff!!!
De cualquier forma, mi jefe, Argentino, quien a pesar de ser una leyenda en el mundo del Internet, colaborador del ARPANet (la red que se convirtió en Internet, algo de historia, luego escribo sobre eso) y fundador de la primera empresa ISP (Proveedor de Servicios de Internet, siglas en inglés), es de lo más sencillo, buen humorado y condescendiente que existe, qué honor trabajar con él!!!
Pero, volviendo al tema, la primera patada.  ¿Qué implicaciones tiene?  ¿Qué trascendencia tendría dar la primera patada de una Copa Mundial de Fútbol en el continente más pobre del planeta?  El continente que ha sido más explotado por nuestros ancestros europeos.  El continente con mayor índice de enfermos de SIDA per cápita.  El continente con las mayores reservas de recursos naturales y biológicos.  El continente con mayor diferencia entre pobres y ricos.  El continente donde millones de niños mueren de hambre al año.  El continente con los paisajes naturales más hermosos.  El continente donde, según los estudios científicos, siempre locos, Jehová decidió darle origen a la especie humana.
Pues, pareciera que no tiene ninguna trascendencia.  Durante un mes, se creará un enorme oasis en el desierto, donde millones de personas vivirán una ilusión transitoria de paz y armonía, de que los problemas de fondo desaparecieron: el hambre, las enfermedades, las guerras entre tribus, el apartheid (sí, aun existe), la crisis económica, el odio, la estupidez política, la explotación de recursos, las diferencias religiosas, etc., etc.
Pero, cualquier iniciativa para aminorar o al menos darle un respiro a este mundo que estamos destruyendo con nuestras propias manos es importante y trascendente.  Ojalá hubiera Copas Mundiales de Fútbol y Olimpiadas cada día en nuestros corazones, y si fueran materializadas, pues mucho mejor.  Prefiero ver a 22 hombres jugando a patear un balón, y un grupo generalmente más reducido pero igual de importante de niños haciendo lo propio, imitándo a sus estrellas, que verlos matándose porque profesan distintas religiones, porque tienen distinto color de piel, o por cualquier otra estupidez que la mente humana se da el lujo de alojar y germinar a pesar de nuestra elevada y única capacidad de raciocinio, que nos separa de esos elefantes, avestruces, leones, impalas, águilas, suricatos, hipopótamos, pingüinos (sí, en Sudáfrica los hay), ballenas, cobras, mambas, rinocerontes, grullas, y cientos de millones más de especies de animales y plantas que adornan ese bello continente, que durante un mes será testigo de cómo el amor humano aun tiene esperanza, que la paz tiene posibilidades, que la fraternidad no es una locura, que Nelson Mandela no se pasó tantos años en la cárcel por el gusto, que cuando salió de ella, pidió a sus hermanos de piel negra que perdonaran a sus hermanos de piel blanca, y que reconstruyeran un pais que estaba al borde del suicidio social.
¿Tiene alguna trascendencia?  Sí, estoy convencido de ello.  Treinta y dos (32) equipos jugando por la hermandad y por el honor, uniendo al mundo en un solo canto.
¡Gracias Jehová por darle al hombre la inteligencia y sentido del humor para inventar el fútbol!
Jehová bendiga a África.

miércoles, 9 de junio de 2010

Día de Trabajo Intenso...




Estaba a punto de escribir sobre mi gran héroe, Beethoven...  De hecho tengo un borrador desde hace un par de días, pero la intensidad de este día de trabajo me robó el aliento y declinó un poco mi inspiración.  Casi músico, compositor amateur y melómano casi de profesión, tal vez se pregunten ¿por qué mi admiración tan grande por el oriundo de Bonn?  Espero que sí, porque de esa manera también leerán los escritos que haga sobre él.  Pero por el momento, regreso al tema que me cercenó la inspiración, mi día a día.
Tengo una profesión como cualquier otra, pero una carrera (que no es lo mismo) un poco mutable.  Soy Ingeniero de Sistemas, especializado en Sistemas de Información.  Lo que significa, pese a lo que muchos de mis amigos, familia y conocidos piensan, que me dedico a analizar sistemas, especialmente los que manejan información, y no solo soy alguien que “sabe de computadoras”, mucho menos especializado en repararlas…  Ufff!!!  Eso lo hacen los de Soporte Técnico, los especialistas en Computación: Hardware, ya sea computadoras per sé, o equipos de comunicación y redes.
En definitiva, y para no extenderme en esta introducción que igualmente les parecerá poco esclarecedora, me ocupo de resolver los problemas de un negocio, a través de una solución informática basada en un sistema automatizado que procese información…  ¡Listo!  Esto, en la mayoría de los casos, implica el uso de computadoras y afines (hoy día un sistema informático sencillo puede ejecutarse en un SmartPhone: iPhone, BlackBerry, etc., que al final, en principio, son computadoras), pero lo importante es que no necesariamente tengo que usar una para realizar mi trabajo.  Mi trabajo se basa, principalmente, en el análisis de la información y cómo fluye a través de todo un sistema.  Desde que es capturada por algún medio (teclado, mouse, video, toque de una pantalla), cómo se transforma a través de ciertos procesos (cálculos matemáticos, algoritmos), hasta que es presentada en algún medio de salida (pantalla, reporte impreso, browser, bocina). 
Mi herramienta principal, finalmente, es el Diagrama de Flujo de Datos, o Flujograma, que hoy muy pocos Ingenieros de Sistemas usan, irónico.
Retornando al tema de mi diario bregar, a mi carrera y profesión, la primera se ha diversificado.  Ya no soy solo un Analista de Sistemas, ahora le di un nuevo rumbo, y tengo una segunda profesión: Especialista de Seguridad Informática.  ¿Hay alguna diferencia entre ellas?  En principio, no.  Sigo analizando sistemas, pero ahora desde el punto de vista de ¿qué tan seguros son?  En realidad, analizo ¿qué tan vulnerables son?, que es totalmente lo opuesto, pero un complemento más realista.
Es más agotador, es más dinámico, es más susceptible a estar desactualizado, es más investigativo, es como el trabajo de Sherlock Holmes combinado con el de un periodista, y enmarcado en la retórica de un abogado, ja ja.  Por eso lo elegí.  Ya me estaba aburriendo un poco del clásico trabajo de escritorio, con unas cuantas visitas rutinarias a las oficinas de los usuarios, y la presentación de los resultados a mis jefes.  Las sillas (ejecutivas o no) de las oficinas me producen cierta irritación en el trasero y la espalda.  Mi espíritu necesita movimientos, cambio, retos más enérgicos, menos burocracia, menos parloteo a veces improductivo.  Sistemas dinámicos que requieran de un análisis también dinámico, que implique mi movilidad física, eso es ahora lo mío.  Y que conste que estaba a punto de estudiar una Maestría en Auditoría de Sistemas, lo que hubiera implicado sepultarme entre millones de hojas de papel, aferrarme a una silla por semanas, y ver la pantalla de un computador (¡epa!, compañero a veces insoportable) durante períodos interminables de cansancio a merced de millones de tazas de café, que adoro, pero que perfora mi estómago bastante sensible…
Sin embargo, esa incipiente movilidad tiene sus consecuencias, y una es el cansancio extremo, mismo que apartó por un momento mi inspiración para escribir sobre Beethoven.  Pero tiene sus recompensas intangibles: tratar a decenas (con tendencia a centenas) de directores de tecnología, o sus Vice-Presidentes, Gerentes, Jefes, oficiales, etc.  Y lo que es mejor, conocer de manera fluida y actualizada, cómo está la situación real de la tecnología en Panamá y Latinoamérica…  No tiene precio, todo lo demás, que lo pague mi tarjeta de crédito, o la de mi jefe en el mejor de los casos.
¡Y qué decir de los muchos especialistas que crean las tecnologías que son implementadas por nuestros clientes!  Los proveedores, de todas partes del globo: norteamericanos, ingleses, israelíes, latinoamericanos, centro-europeos, etc.  Un universo de conocimiento concentrado y enfocado en la resolución de los problemas de seguridad informática, uffff!!!  Como dice mi jefe: “tanto conocimiento y oratoria, me tienen destruido cerebralmente al final de la tarde, Jose Luis…  Me tengo que comer un postre”.  Yo me recupero, en lo particular, con una buena taza de café (aló estómago), un dulce de chocolate o fresas, y escuchar la voz de mi ¾ de naranjita, y por supuesto, elevar la vista al cielo, ver el ocaso o el cielo estrellado (dependiendo de la hora en la que haya terminado mi día) y recordar que Jehová seguirá manteniendo mis neuronas sanas para seguir acumulando conocimiento, y para obtener ingresos por la aplicación de los mismos y cuidar de mí, de mi amor y en cierto modo, de mi familia y seres queridos.
¡Vaya que fue un día de trabajo intenso!

lunes, 7 de junio de 2010

"Ser o no ser..." ¿Por qué tiene que ser ese el dilema?

¡Hola Mundo!

Ingeniero de Sistemas de profesión, la que genera mis ingresos por el momento, tenía que utilizar el más trillado de los mensajes que se utilizan en desarrollo de software en el primer programa que creas sobre cualquier lenguaje de programación: Hello World!, claro, castellanizado para no dar una impresión de afición gringómana.
Con esto, me hago perceptible en el mundo y por tanto, doy la primera manifestación de mi existencia, de mi condición de tener mente y por lo tanto pensamientos, y por ende, como decía René Descartes, "pienso, luego existo", entonces ya existo para el resto del mundo, al menos del cibernético, porque para muchos otros habitantes de este mundo, ya existía desde hace mucho...
Entonces, "ya soy", y por ello, debo debatir aquel cuestionamiento hecho por Sir William Shakespeare en Hamlet: "Ser o no ser, ese es el dilema...".  Pero, ¿por qué tiene que ser ese el dilema?  ¿Cómo puede algo no ser?  Si todo lo que existe es, y lo que dejó de existir aun sigue siendo, al menos en nuestros pensamientos, o según la tradición judeo-cristiana, o la de otras culturas y creencias orientales como la budista, en las que el alma es inmortal, nada deja de ser.  Y lo que no existe aun, ¿qué caso tiene que debatamos sobre su posible no existencia? si al preciso momento de pensar en ello lo hacemos existir...

Nuevamente, ¡Hola Mundo!  Ya "soy" dentro del contexto de la realidad cibernética.  Dejé de ser solo materia perceptible solo a mi entorno próximo para ahora ser parte de la realidad universal cibernética.  Pero nunca dejé de ser, solo estoy trascendiendo mi ser a otra aspecto de la realidad.  Entonces, "ser o no ser" deja de ser el dilema, y lo convierto en una simple reflexión intrascendente.  Siempre he sido, dentro de esa mente universal infinita y eterna que algunos llaman simplemente "Dios", otros "universo" y Yo en lo particular, Jehová.  Porque fui creado por Él, y antes de Él no existía nada, y después de Él no existirá nada, porque Él es el todo, y por lo tanto, siendo parte de Él y de su creación, entonces nunca "no fui", y siempre "seré" hasta que él lo decida borrarme de su pensamiento, y nuevamente "ser o no ser" deja de tener sentido...

Espero pronto debatir sobre un tema más trascendental.