Ciencia y Arte del Virtuosismo Cultural y Mental: Insomnio y Congestión Nasal...

viernes, 17 de septiembre de 2010

Insomnio y Congestión Nasal...

A algunos les cuesta creer en Jehová, Dios, porque no lo ven.  A otros, a pesar de que dicen creer en ÉL, les cuesta aceptar que es el verdadero autor de absolutamente toda la Creación.  E incluso existen algunos miembros de esa Creación que, a pesar de aceptarlo como su Creador, deciden no aclamarlo a ÉL y a su hijo Jesús, como los dueños de dicha Creación y hacen con ella lo que les place.
Yo, a pesar de compartir cada una de las tres creencias anteriores, me culpo de que en un pasado (y a veces aun en ocasiones esporádicas de este presente), puse a otros seres y objetos como sustentadores de mi felicidad por delante de Jehová y Jesús.
Me falta el aire, me falta el sueño...  Detonantes antagónicos intrínsecos de mi inspiración.  Sí, a veces no me inspira la apreciación de la belleza, que tanto disfruto, o la majestuosidad de la Creación (mi musa mayor), sino que simplemente la falta de sueño despierta mi mente.  Es bien sabido que el cerebro funciona mucho más intensamente durante el sueño, y en este limbo en el que me ecuentro cuando ese anhelado sueño no llega, mi cerebro de cualquier forma ya está preparado para funcionar al máximo, y se produce este milagroso prodigio llamado creatividad.  Pues, estoy soñando despierto, y el disfrute producido es indescriptible, pero el dolor es intenso.  Sí, dolor agónico y punzante.  El cerebro me duele, literalmente.  Millones de martillos golpean desde adentro y generan una presión mayor que la que podría crear el motor de un transatlántico.  Afortunadamente las ideas son expulsadas de mi mente como el humo y escombros a través del cráter de un volcán, pero la lava producida me consume, y la agonía es insoportable.
Entonces suplico a Jehová porque me devuelva la capacidad de dormir...  A veces la respuesta demora en llegar, más aun cuando también se suma otro factor: la falta de oxígeno!  Sí, congestión nasal, es mucho más insoportable que mi gastritis crónica.  Mi cerebro necesita toneladas de oxígeno para poder funcionar, de otro modo podría colapsar.  Y entonces el dolor es peor.  Es como pedirle a una locomotora que debe empujar con una potencia enorme una carga pesadísima, que avance sin suplirle aire para quemar el carbón (sí, aun existen) o el diesel...  El humo negro producido es asfixiante.
Entonces recuerdo, que mi oxígeno es Jehová, que mi baluarte es Jesús, y entonces encuentro sosiego.  Pero toca ayudar a quienes le pido ayuda, y entonces me tomo un descongestionante nasal.  Oh ciencia burda y blasfema, aduces ser dueña de la naturaleza y poder regir su destino!!!  Qué equivocada estás.  Cada descongestionante que me tomo destruye capilares valiosos en mi cavidad nasal, y entonces se crea un ciclo destructivo.  El remedio está en la orilla del mar, diseñada eficazmente por Jehová para cumplir muchos propósitos, pero estoy lejos de ella.
Insomnio: un tecito de manzanilla?  Jehová puso toneladas de efectividad en esa infusión tan sencilla, pero creo que he generado supresores naturales para sus efectos.  Voy en contra de la naturaleza, estoy pecando sin remedio.  Simplemente estoy disfrutando un poco del sufrimiento causado por mi cerebro pensante y prolífico.
Aire, oxígeno, qué sencilla idea, y que resultados tan maravillosos produce.  Combinar el oxígeno del aire con el carbono que he ingerido a través de las comidas de día es lo que sustenta la vida en mi cuerpo, y lo que mantiene a mi alma atada a él.  Oh Jehová, eres tan brillante y sabio!!!  Haces de lo sencillo un prodigio, y de lo complejo una vanalidad.

Ya pronto se aproxima, en breve el dolor habrá vencido a mi deseo de mantener la sinapsis, y sucumbiré ante el sueño.  Habré vencido con las propias armas provistas por mi Creador a ese enemigo tan amado que es el insomnio.  Mis más brillantes ideas han nacido o han madurado bajo su implacable azote.  Insomnio, guerrero cruel y despiadado que tanto me has ayudado, Némesis que siempre has luchado contra mí forjando mi propia Victoria.
Congestión Nasal, a ti sí que te aborrezco:  Me estás matando lentamente...

1 comentario:

  1. Que bueno que le veas el lado bueno al insomnio. Así deberíamos hacer con todo, aunque nos cueste.

    Además, me alegra tú reflexión sobre lo del sustento de la felicidad. Sigue trabajándolo. Lo primero, ya lo lograste: reconocerlo.

    Besos amigo. Te quiero mucho.

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